En el contexto de la Navidad (tiempo de familia), celebramos este domingo resaltando el papel de la Sagrada Familia de Nazaret y valorando la gran familia de la IGLESIA en la que hay lugar para todos formando una sola familia.

El Antiguo Testamente no toma como base la vida de los individuos, sino la vida de los pequeños conjuntos sociales: la mujer y los hijos se valoran en relación al padre, lo que se conoce como la época patriarcal. Otros testimonios hablan del valor de cada persona por sí mismo, no por su dependencia del entorno familiar (aquí han encontrado cabida los huérfanos, las viudas y los extranjeros). Para nosotros hoy, es importante sentirnos parte de la gran familia de los hijos de Dios. 

Desde la perspectiva bíblica, en línea judía y cristiana, para motivar nuestra reflexión, presentamos las siguientes características de la familia: 

  1. La familia judía: el judaísmo es religión de familia, por eso el padre es quien dirige la circuncisión, preside la fiesta de pascua y transmite su identidad nacional a los hijos. Los padres se unen entre sí para formar un clan, el consejo de ancianos a manera de asamblea legislativa, ejecutiva y judicial del pueblo. Jesús vivió en esta época en que los presbíteros (ancianos), son padres de las familias importantes, que representan la continuidad del pueblo y son el poder establecido de forma engendradora (masculina) de tipo genealógico.
  2. La familia propia no es un valor absoluto. Los mismos judíos sabían que en ciertos momentos habría que superarla por fidelidad a Dios y a su Ley. Honrar a Dios se convierte en el lazo indisoluble de toda afección capaz de unir (más que los lazos sanguíneos).
  3. El movimiento de Jesús. Jesús y sus amigos (a diferencia de los fariseos y esenios), abre su casa a los marginados del entorno (publicanos, prostitutas, pobres e impuros). Jesús ha buscado su familia entre los expulsados de la casa de pureza israelita. La tradición presenta a Jesús como amigo de publicanos y pecadores.
  4. Miembros de la familia mesiánica. Los pobres, los que lloran tristes y afligidos, los oprimidos bajo el poderío de los grandes, los pecadores, los niños y todos aquellos que aparecen como menos importantes porque no pueden mandar, ni dirigir, ni imponerse sobre nadie.
  5. Los discípulos de Jesús, creadores de familia. Jesús llamó a sus discípulos para que le acompañen en la tarea de anunciar y ofrecer el Reino a todos. El Reino es familia de pobres que celebran la boda de amor, banquete al que todos están invitados. Al servicio de esta familia están los compañeros y amigos de Jesús. La gran familia universal de Jesús está constituida por aquéllos que escuchan su palabra y la ponen por obra, superando los lazos sanguíneos. Somos Iglesia, comunidad, la gran familia de Jesús. En esta gran familia, hay lugar para todo el que quiere hacer vida la voluntad de Dios en su vida.

Que la Sagrada Familia de Nazaret, ruegue por nuestras familias para que trabajemos por la construcción del Reino de justicia, amor y paz; dejándonos guiar por la voluntad de Dios que quiere la salvación para todos (ÉL ES NUESTRA SALVACIÓN). Dios con nosotros.

Heber Espinal

Diócesis de Choluteca, Honduras